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miércoles, 23 de agosto de 2006

GOLEADA AL BAYERN EN EL GAMPER



4 - BARÇA
0 - B. MÚNICH


Da igual que el partido sea oficial, como la Supercopa de España, o una fiesta como el Gamper. El Barça sale a jugar cada partido como si fuera de exhibición, como si en cada cita con el balón quisiera desplegar un muestrario de jugadas y goles inimaginables, de ensueño, de aquellas que son recordadas por los aficionados a pesar del paso del tiempo y que se transmiten de padres a hijos. Porque eso es lo que se pudo ver anoche en el Camp Nou, donde el Bayern de Múnich salió trasquilado prácticamente sin enterarse.
El Barça caricaturizó al equipo alemán, todo un rival de Liga de Campeones, que encajó tres goles en 10 minutos (del 29 al 39). Lo que se pudo pudo ver, mejor dicho, deleitar, en esos 45 minutos fue una catarata descomunal de juego ofensivo, de triangulaciones, sombreros, desmarques, precisión y goles, auténticos golazos. También se pudo ver, por fin, a Zambrotta. El italiano se ha integrado rápido, mucho, tanto, que incluso se atrevió a dar algún que otro taconazo buscando la combinación con Messi. En la Juventus nunca se hubiera atrevido, Capello le hubiera castigado, pero es que en Turín jamás pensó que se pudiera jugar así al fútbol. Pero en un equipo donde juegan Etoo, Messi, Ronaldinho, Deco y Xavi, todo es posible.

FALTA DE LIBRO
Y eso que el equipo de Rijkaard, que no hizo jugar a Puyol, empezó algo relajado, lo que aprovechó el Bayern para acercarse al área con cierto peligro. El equipo bávaro se cerraba bien y dificultaba las líneas de pase. Habían pasado 30 minutos y el marcador seguía a cero. Pero entonces apareció Ronaldinho. El astro brasileño lanzó magistralmente una falta que limpió las telarañas de la portería de Oliver Khan, que solo pudo contemplar la obra de arte del azulgrana.
El partido también sirvió para recuperar a Etoo. El camerunés, designado el mejor del partido, pudo por fin sacudirse la ansiedad que llevaba encima por la falta de gol. No tuvo suficiente con uno, el segundo, en el que aprovechó un rechace de Khan para fusilar la portería, sino también marcó el tercero, con la rodilla, después de salvar al portero con un sombrero. El goleador fue felicitado efusivamente por todo el equipo, en una muestra de que la pataleta de la Supercopa ya está olvidada. En este sentido, fue significativo el efusivo abrazo que le dio Thuram, convertido ya en uno de los referentes del equipo, al final de la primera parte.
Rijkaard cambió al equipo en el segundo tiempo. Salieron el central francés, Jorquera, Gudjohnsen, Ezquerro, Giuly, Belletti y Saviola. El argentino, con pie y medio fuera del club, no quiso jugar el que pudo ser su último partido con el Barça sin marcar un gol. Y la afición se lo agradeció aclamando su nombre. En realidad, nunca le han dejado de amar, pero quien tendría que quererle no lo quiere ver.

DOS EQUIPOS
El partido también sirvió para ver que el Barça tiene dos porteros de calidad y una plantilla extraordinaria. Es cierto que el juego perdió gancho sin Ronaldinho, Messi y Etoo, pero pocos clubs en Europa, por no decir ninguno, quizá el Chelsea de Mourinho, pueden presentar dos onces de garantías para una temporada en la que se quieren conseguir los seis títulos en juego. Por lo visto anoche, nadie se atrevería decir que será imposible. Pero lo que sí es imposible es ver en otro estadio el fútbol maravilloso que se hace en el Camp Nou.

1 Comment:

antohny said...

Nos llevamos la 41ª del Trofeo Joan Gamper, tenemos 31 Trofeo Joan Gamper, es decir, se nos han ido 10, pero no pasa nada somos els millors!!!!!!